

CHIAPAS
A UN CLICK DE DISTANCIA
Discurso "La importancia de la amistad"
“La avaricia más grande que cualquier cosa”
<El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de algunos>
(Mahatma Gandhi)
La avaricia es un punto muy crítico, a cualquier persona puede atacar, ya que muchas veces no se encuentran conformes con lo que tienen y desean estar a manos llenas sin pensar en los demás.
Este problema es muy malo porque la persona avariciosa aplica la ley del “yo-yo”, porque siempre están “yo quiero...”, “yo necesito…”, etc. Y solo se preocupan por las cosas que tendrán el día de mañana.
En el libro “Dos crímenes” de Jorge Ibargüengoitia se ve reflejada la avaricia de Alfonso con el dinero. –“Nosotros te entregamos el dinero y tu firmas un papel renunciando a la herencia”. (Ibargüengoitia, 1992, P. 39). Claramente se puede notar como Alfonso propone lo anterior, porque lo que él desea es quedarse con la herencia de Marcos. La gente avariciosa necesita más y más cosas para poder estar a gusto.
Gracias a la avaricia el mundo se ha ido perdiendo, porque las personas que normalmente gobiernan tienen mucho poder y manejo del dinero, pero no conformes con esto ellos piden más, no importándoles su pueblo y las carencias que estos sufren día con día.
Aunque no haya estudios de la avaricia, existe la Biblia en la cual se refleja este tema, Como en los siguientes versículos:
-“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee-“(Lucas 12:15). No se necesita de las riquezas de este mundo, porque todo será en vano, Dios dice que no te llevaras nada cuando te mueras así que ¿De qué sirve tanto?
-“Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuan difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!-“(Lucas 18:24), es otra afirmación de que la avaricia no es nada agradable para Dios.
-“… el resto de mis bienes, que suman aproximadamente diecisiete y medio millones de pesos -- siguió leyendo Zorrilla—los dejo como patrimonio al Casino de Muérdago… - Al llegar a este punto de la lectura, Gerardo y Fernando se estaban poniendo de pie” (Ibargüengoitia, 1992, P. 67). En este fragmento se observa la actitud que Gerardo y Fernando toman al saber que su tío no les ha dejado algo de “valor”, sin saber que su tío había tomado esta decisión antes, porque sabía cómo eran ellos. Las personas avariciosas creen que todo es para ellos y que todas las cosas giran en torno a ellas.
Y es por esto que el país se ve afectado cada vez más, gracias a personas que solo quieren salir a delante sin importarles que hay mucha más gente que necesita.
Hay figuras públicas, como por ejemplo los de Pare de Sufrir son personas que engañan en base a la palabra de Dios a gente inocente, pidiendo dinero por un milagro, diciendo que depende de lo que tu des Dios te dará el día de mañana o cuando más lo necesites, vendiendo mantas, agua, velas, infinidad de cosas que supuestamente te cambiaran la vida, pero en realidad lo hacen por generar más y más dinero a base de mentiras.
En el libro “Dos crímenes” se aprecia la participación de un licenciado, supuestamente que es un hombre que “no rompe las reglas”
-“¿Saben ustedes cuánto estaban dispuestos a pagar por un arreglo satisfactorio? Tres millones de pesos. –Un momento, don Pepe – dijo Santana--, ¿Qué es lo que estas personas considerarían un arreglo satisfactorio?”… --“Haberlo dicho antes, don Pepe – dijo Majorro--, yo creo que la primera parte, que es la que me corresponde a mí, se puede arreglar, sobre todo sabiendo que hay dinero suficiente para pagar comisiones.” (Ibargüengoitia, 1992, P. 74). En este párrafo se tocan dos puntos muy importantes, el primero es la avaricia y el segundo la corrupción un tema que ha estado presente desde hace mucho tiempo, aunque la gente no lo quiera ver no hay ninguna persona que no sea corrupta en este mundo y sobre todo avariciosa.
Cuando cabe duda de algo es necesario leer la Biblia ya que en ella encontramos la verdad sobre todas las cosas, esto para ser unas personas justas y dar ejemplo a las generaciones futuras, como por ejemplo:
“Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso.” (1 Timoteo 6:7-8). Hay que ser felices con lo que tenemos, es más que suficiente el calzado y la vestimenta.
“Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo!” (Eclesiastés 5:10). No tiene por qué existir el amor al dinero, es algo muy ilógico que haya pasado por la cabeza de muchas personas, sin saber sus consecuencias.
“Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: <<Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.»” (Hebreos 13:5). Si Dios ha dicho que estará contigo todos los días de tu vida y nunca te dejara en la pobreza, no es necesario preocuparse por el día de mañana y que traerá en si el día, porque solo Dios sabe que será de ti.
“¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?” (Marcos 8:36). Esta pregunta deberían de tenerla las personas avariciosas, ya que no saben si el día de mañana ya no despertaran y todas las cosas que compraron ¿a quién se le quedaran?
“¡Tengan cuidado! —Advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.” (Lucas 12:15). La vida no se compra y mucho menos se regala, el dinero no lo es todo en la vida, la familia es lo más importante, la salud, el bienestar (hasta un cierto límite).
Ha habido casos en que familias con mucho dinero no son felices, tal vez sea porque los padres no estén con los hijos y estos tratan de llenar el vacío con regalos o dinero, sin saber que en poco tiempo estos niños crecerán y querrán más cosas, que a lo mejor los padres ya no puedan adquirir pero ya no se podrá dar marcha atrás, porque este problema se va convirtiendo en una obsesión.
“¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas.” (Proverbios 23:5)
Referencias bibliográficas:
Ibargüengoitia, J. (1992). Dos Crímenes. México: Joaquín Motriz
Santa Biblia: Latinoamérica. (2005). Editorial Verbo Divino.